miércoles, 25 de septiembre de 2013

Habría sido alguien trascendental

Ahora mismo habría estudiado psicología seguramente, habría hecho un curso de medicina de un año y habría ido a ayudar a personas necesitadas. Tal vez la hubiese dado por escribir un libro que alguna vez en alguna parte alguien leería y lloraría, que sintiera de veras sus palabras y que admirara lo que ella había escrito como ella había hecho con Mario Benedetti. La habrían gustado las tartas de chocolate después de todo, la habrían encantado. La pintura al final resultaría no ser su punto fuerte. Las películas de miedo pasarían, después de todos los gritos mudos a ser uno de sus pasatiempos favoritos. La caseta del perro se terminaría algún día aunque nunca habría un perro en ella. Habría encontrado un gato en la calle y la compasión que sintió la habría lanzado a recogerle de la calle. Después de mucho trabajo y esfuerzo por su parte dominaría el baloncesto con cierto nivel. Habría caminado por la calle y al ser testigo de un accidente se habría quejado al ayuntamiento de una carretera mal señalizada, su queja seria denegada y entonces decidiría hacer una lista de las innumerables cosas que detestaría y se manifestaría por todo el mundo y al fin, después de media vida defendiendo su ideal ``una persona puede cambiar el mundo´´ (no poder con el mundo) si no cambiarle. Demostraría que era posible y lo habría demostrado ella misma. Habría estado orgullosa de sí misma. Hubiera cambiado la forma de pensar de alguien que conocía y habría conseguidos que esa persona encarrilase su vida. Se habría tirado con un paracaídas desde lo más alto posible y habría saltado tragando todo lo bueno y dejando en su caída todo lo malo. Podría haber llegado a componer una canción, una canción bastante pegadiza. Habría sido una persona conformista y humilde, habría comprendido la situación.
   Habría sido alguien trascendental.

   Pero en cambio le conoció a él, se metió en el mundo de las drogas y fue incapaz de afrontar la situación. Muchos dijeron que era culpa de algunos problemas de autoestima que le habían creado sus compañeros a lo largo de su etapa escolar. Estos opinaban que se había vuelto loca, otros echaban la culpa a sus padres y otros inventaban historias disparatadas. Ellos no la conocían, nada de eso fue lo que la ocurrió, tan solo necesitaba a alguien que de vez en cuando a preguntase `` ¿qué tal estas? ´´, no era soledad. En mi opinión la resolución es que jamás en su vida fue capaz de apreciar ni valorar nada, ni a sus padres, ni a sus compañeros, ni a su suerte ni a nada. Una noche se pasaron demasiado y decidieron robar en una casa de una pintora adinerada. Tampoco quería pasarse, fue un accidente pero fue ella, mato a la dueña, ella tan solo quería asustarla, no quería matar a nadie. Lo peor para ella fue que él la entrego sin dudarlo y se escabullo lo más rápido posible. Treinta años de cárcel para una chica de diecisiete años que nunca fue capaz de replantearse lo que pudo haber sido en un mundo diferente creado por ella. Lo curioso fue su cara de satisfacción mientras cerraban la puerta de la cárcel, la recuerdo tanto como las marcas en sus brazos.
Habría sido feliz, habría sido posible, tenía una base ideal.

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