miércoles, 25 de septiembre de 2013

¡Estamos averiados!

Hola, soy alguien y aunque mi presentación no sea demasiado importante, me gusta evitar toda clase de frivolidades ya que ante mi pasaron bastantes. Y aunque en mi opinión las presentaciones están de mas cuando hay tanto que contar no quiero empezar pareciendo distante o quizá como alguno de ellos.

  Tengo exactamente trece años y aunque muchos duden de la cordura que manejo ahora mismo, me gustaría exponer mi conclusión por así decirlo. Ahora mismo lo que diga, lo que haga o piense que sea distinto no será considerado porque tan solo será ``una forma de llamar la atención´´, algunos querrán vincularlo con algún problema de autoestima o algo similar. No importa.
 
   Después de trece largos, trece cortos años he podido percibir que algo raro había entre manos y lo cierto es que, algo raro hay entre manos y si ustedes no se han enterado es que lo tienen muy bien planeado, ¿no creen?

  En primer lugar no quiero parecer pretenciosa ni manipuladora, ni mucho menos intentaré modular sus cerebros porque creo que estamos bastante hartos todos de ello,  únicamente, me gustaría exponer mi conclusión para que ustedes como buenos ciudadanos  juiciosos, examinéis la situación.

Yo, como muchos de vosotros hicisteis hace mucho, cuando ni siquiera yo existía últimamente me he percatado de algo extraño y quisiera que se dieran cuenta ustedes también de que algo no va bien y de que tal vez y solo tal vez de vez en cuando debiéramos pararnos a mirar a alrededor, a nuestro alrededor

   Imaginen, imaginasen un mundo diferente, su misma vida pero diferente. Imaginen levantarse todas las mañanas con una sonrisa en la cara no necesariamente justificada, algo así como avanzar y llegar hasta la calle, la calle un lugar limpio de las ``necesidades´´ humanas. La policía, podría estar en… mejor dicho no estaría, porque no podría no haber necesidad de ella. La codicia que siempre ha corrompido al ser humano se podría esfumar junto a los prejuicios que siempre sacaron lo peor de cada persona.

   Las nuevas tecnologías tan innecesarias que se han creado para tener ``entretenida´´ o manejada o absorbida a la población podrían dejar de formar parte de la vida de nadie. Las industrias dejarían de ser para que otras cosas pudieran ser. Las clases sociales ya no serían de importancia porque no habría clases sociales y así nadie se creería mejor ni nadie le dejaría creerse mejor.

  El dinero considerado ya como lo más importante desaparecería del vocabulario, podría dejar de existir gente que trabajase para otra gente, tampoco habría obsesión por el trabajo, ni gente que muriese de hambre porque todos seriamos personas en vez de solamente gente. Los animales, las plantas, los ríos, los mares, las montañas, el viento, el sol, la nada mas absoluta… serían tratados como se merecen.

   La gente que se atreve a menospreciar y es capaz de reírse de las desgracias ajenas y únicamente espera que llegue su final para arrepentirse y absolverse de pecados, seamos realistas, ellos de verdad conocerían el sentido de la palabra justicia. Porque la justicia ya podría dejar de ser un logotipo, podría convertirse en una palabra con sentido.

Las aspiraciones humanas también podrían cambiar, podrían ser  más concretas y podrían tener cierto sentido de realización. La envidia y la avaricia podrían desaparecer si se esfumase también la necesidad de superar y conservar cosas superfluas.

  Algo importante a lo que no se le da demasiada importancia últimamente, el nombre, cada ser tendría un nombre y una dignidad que fuesen de uso. Temas sobre números como peso, altura, edad, tiempo, calificaciones… ya no podrían dejar de ser de importancia y cada uno llegaría a ser capaz de autoevaluarse y pensar por su cuenta. Nada podría ser de nadie y podría no haber patrimonios privados porque casi todo podría ser de todos y cada uno podría respetar lo ajeno. Podría desaparecer también la gente que se sienta inferior, porque no desaparecería también la que se siente superior. Una vida podría empezar a ser un verdadero motivo de alegría y podría ser tratada como se merece. Nadie tendría miedo de nadie, porque nadie daría razones para dar miedo.
 
  ¿Podría?

Y yo solo quiero decir que todo aquel que este, todo soñador que lee esto, lo imagine y decida que merece la pena y lo cierto es que si algo así que podría ser y no es, duele, ¿a caso no es eso la mayor muestra de que uno está vivo o de que al menos existe?

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